"Dile a mamá que no queda más que una, que del resto ya me encargué yo"
Es mucha responsabilidad, creo que me voy a olvidar. Bueno, voy a desayunar. Me encantan los cereales rellenos de leche condensada, los dejas que se pongan blandos en la leche y cuando los mentes en la boca parece que explotan, ¡pura intensidad!. Papá se ha dejado encendida la radio. Quince grados, no sé si ponerme la chaqueta, aunque mejor no, que seguro que no la lleva nadie y voy dando el cante. Se me va a olvidar. Mejor lo apunto en la pizarra.
"Mamá, que dice el del tercero, que te cargues a la Patro, que las vecinas que os vieron juntos ya están todas matarile. Y échame cinco euros en el móvil, que me sá quedau sin saldo"
Ya verás como papá me dice algo de las faltas.
- Eres muy puntillosa Pena, siempre tienes que opinar sobre todo, sea lo que sea. - Es que esto ha sido muy gordo, Alegría. - Si seguro que lo ha hecho adrede, por dar que hablar... - Será por eso.
En eso, mi padre no era diferente a los otros, pero solamente en eso. Cada noche preparaba su comida; en la parte de abajo, el primer plato, arriba unas cuantas tajadillas de lo que hubiera sobrado de nuestra comida, y una manzana, verde en otoño y casi pasas, por lo arrugado, al entrar el verano, de esas del fondo de los cajones. Todas las mañanas madrugaba para verle marchar, me encantaba: puño en alto con su traje amarillo y su capa roja al viento mientras gritaba eso de "¡Eso es todo amiguitos. No olviden supervitaminarse y mineralizarse!"
- Alegría, el héroe de los niños es un ratón cocinero, ¡já! - En nuestros tiempos sí que había ratones, y no los de ahora...
Mi madre era muy positiva. Un día se presentó en la cocina disfrazada de esperpento turquesa, y nos convenció de que iba vestida de esperanza. Mi hermana lo supo nada más verla cruzar la puerta, yo tengo problemas con los colores y me hice economista.
- Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana, Pena. - ¿Para saltar? - Voy a pensar por qué te quiero tanto. Dame tiempo.
Coordinado el cuerpo con el vaivén pendular, los brazos serán el yang, la cabeza el yin, los brazos TAC, la cabeza TIC. Ayúdese con un metrónomo analógico marcando un largo. Cierre los ojos y visualice de nuevo, y bajo esta perspectiva, la estantería Vittsjö... Ahora es cuando empieza a estar preparado para buscar la llave Allen que llevará el orden a la República Independiente de la casa de usted.
- Me siento tan bien cuando hago las cosas por mí misma, Pena. - Ya..., lavarte los dientes, subirte los calcetines...
De vuelta, las nubes se tornan más oscuras y se huele una tormenta inevitable.
***
Parpadeo en los campos, en las gasolineras, en el cielo abierto, en el aguacero torrencial....
***
Las maletas abiertas, mar de arena, soles paseados, lunas plácidas.
***
Los corazones cerrados viven menos. Los secretos compartidos son compromisos. Los peces sueñan con volar amarrados a la belleza de aquellas flores de miel de naranjo.
- Yo suelo soñar con irme. - Pero disfrutas quedando, Alegría. - Ya Pena, pero eso es porque es donde estoy.
Antón Roseta se encargó de ello desde el primer momento. Tenía vocación trascendente y cara de joven promesa a la que nada se podía negar. Él lo sabía, y aguantaba el peso de su gran futuro realizando actividades rutinarias sin tener que pensar en nada más que hacerlas; eso era lo que más le hacía disfrutar. Armado de un reloj y un interruptor, encendía y apagaba el semáforo de la calle Abadía con Bernal. Es curioso que nadie le preguntara si era daltónico, simplemente se acostumbraron al semáforo invertido que daba color a la ciudad y que tanto turismo atraía.
- Alegría, un trabajo rutinario es lo que te vendría genial a ti para no pensar. - No gracias. Las limitaciones se hacen más evidentes en los trabajos sencillos.
Agitados y lentos, sus
sueños fueron rompiendo el orden. Al despertar, decidió tomarse el día libre y
no colocar nada. Se sumergió entre peces y nubes de algodón; dulces. Trenzó
espirales con sus pentagramas de colores hasta lograr el caos. Se sentó mirando
al mar y se sintió querido desde la otra orilla. Valiente, atrapó el tiempo
suficiente para seguir soñando. Así, despacio, como a humo en café.
- Me gustán las tempestades aunque no traigan calmas. - Ya
Alegría, las calmas son tan tranquilas que siempre parece que va a pasar
algo... - Bueno, seguro que bueno...
Estaba cansada. Estaba cansada de ver la misma cara triste todos los días. Sus pasos estaban cansados de ver la misma cara triste todas las mañanas, día tras día, al arreglarse.
Decidió cambiar de vida.
Se colgó de un árbol. Se colgó de un árbol grande. Una grande y lejos que querían cortar. Una secuoya sin espejos. Una que estaba cansada de tantos días y tantas caras.
Una mañana sin espejos, con distinta cara y en el mismo árbol en el que había decidido salvarse, se vio feliz.
En el año que se suicidó padre, el marzo vino ventoso. Todo quedó tan barrido que las lluvias de abril no encontraron donde caerse y acartonaron las articulaciones envolviéndolas en niebla espesa como el chocolate. Madre removió los armarios, hasta que después de ventilarlos bien encontró las palabras que buscaba. La luz que entraba por la ventana cortaba la cocina de parte a parte, clara y cegadora. Vuestro padre..., vuestro padre me mató ya hace un año, de tres hachazos, en donde la cabaña del Cuco. Esa fue la primera vez que notamos su ausencia. La Nena preparó la comida, unas lentejas con trocitos de torrezno, y una hoja de hortelana.
- Tengo la sensación de que el viento nos envuelve y nos aprieta tan fuerte que a veces no nos deja ver el ruido... - Eso que tú llamas ruido Pena, es música en otros oídos más abiertos.
De la onomatopeya a la retórica pasando por la prosopopeya
(Léase acompañando ritmicamente con palmadas o con el bombo si tu ser es el de cofrade semanasantil)
- PUM, PUM, PUM, TAKA, PUM, PUM, PÚM. - ¿cómoquePUM, PUM, PUM, TAKA, PUM, PUM, PÚM. - quePUM, PUM, PUM, TAKA, PUM, PUM, PÚM. - noPUM es TÁK y TAKA es PUKU. - noPUM es PÚM y TAKA es TAKA. - esTAK, TAK, TAK, PUKU, TAK, TAK, TÁK. - PUM-TAK, PUM-TAK, PUM-TAK, TAKA-PUKU, PUM-TAK, PUM-TAK, PUM-TÁK. - ( ! ) - Mejor así, ¿no? - Y mejorable aún. - Pues sí.
- Pena, sigo pensando que lo que se necesita urgentemente, es que haya más mediadores sociales. - ¿Para qué?, ¿para que se pongan en medio y te digan que por diferentes caminos es posible llegar al mismo sitio? - También, aunque estaba pensando en ellos para que seamos capaces de llegar juntos a ese sitio.
Encontré un pozo. Acompáñame. En el gritaré mi amor por ti y tú oirás el eco de mi voz reflejado en sus profundas aguas. - ¡¡¡Te quiero vida mía!!! (....) - Pues yo no oigo nada.
Años después su hija (de ella) medio enamorada, se acercó melancólica al brocal del pozo y escuchó así como en un suspiro: ...gonada adaada (perdendosi)
Conclusiones (por orden de aparición)
La paciencia, en cosas del amor, no carece de ausencia.
Los hijos son el reflejo de lo que los padres fueron.
El pozo era, cuanto menos, hondo. Pero hondo, hondo.
Las gonadas son las que producen los gametos.
- ¿Por qué será que los hijos reproducen los comportamientos de los padres? - Alegría, creo que es por economía. Lo más barato es acudir a lo que tienes más cerca, y si no has metido nada nuevo, aflora lo que está al ras.
El Día del Orgulloguei de aquel 68, ante el ERE prometido por el Estado, un sindicalista en servicios mínimos declara: "Si no es por no ir, entiéndeme, si hay que ir, se va, pero ir pa ná..."
- Pena, cada uno tenemos nuestras razones para hacer o no hacer las cosas. - Justificaciones. ¿Y si vamos de verde a las manifestaciones para no confundirnos en el bosque de banderas rojas? - ¿...por qué desprecias mi color, si en el cielo... también nos quiere dioooosssss?
La hormiga se tiró del árbol. Tomó distancia. Alzó las patas. Midió con su lapicero y empezó a pintar el cuadro de su vida. Garabateó el tronco que conoció como apenas un tallito. A ramas que no existían, se habían ido uniendo las hojas. Los frutos más dulces, lucían hoy llenos de cicatrices, mordisqueados por otros insectos. Imponía ver todas las relaciones en conjunto. Cerró los ojos y se vio correteando de nuevo por las ramas cambiadas por el tiempo. Pasaron sueños y en su ausencia, nuevas ramas se habían sumado al tronco, se multiplicaron, se enredaron. Tomó notas en su bloc de dibujo. Lo guardó en sus alforjas y se alejó para tomar perspectiva del bosque que suponía.
Lejos, más lejos, su bosque era un árbol. Uno de esos que el viento sopla, el sol brilla y la lluvia moja.
- Alegría, cuando yo muera se terminará el mundo, al menos mi mundo, lo que yo percibo. - Pena, no creo que seas capaz de apagar el sol cerrando los ojos.
El pobre del Árbol de mi barrio, se ha hecho funcionario.
No lo digo porque ya no tiene el aspecto de un joven triste, integrante de una red de mendicidad que se ha adueñado de las puertas de muchos supermercados e iglesias de la ciudad, ni porque ha engordado tanto que, de no ser porque el cartel heredado que pide alluda para sus ijos, continúa a sus pies, se podría pensar que se los ha comido, tampoco porque hoy estaba tranquilamente sentado sobre unas cajas acolchadas con mantas leyendo el períodico con otro en espera...
Lo digo porque el grueso de sus ingresos viene del Estado. Y es dinero bien ganado si tenemos en cuenta la labor que la mendicidad hace en todas esas mentes beatas de súper que posan sus conciencias tranquilas, junto con los céntimos que les sobran, o que guardan para la ocasión, a los pies del chaval, y esto es la verdaderea tapadera que oculta, engorda y acrecienta la mendicidad.
He oído a niños decir que la verdadera crisis, es la social y la culpa es de algunos padres, que apagan televisiones y encienden mentes con tanto libro como hay.
- Pena, siempre hay quien pide por necesidad...
- Es cierto. Y porque es mejor que robar o porque quieres tener más o para tapar grandes agujeros hechos por la incompetencia o la usura o para alimentar redes o para el consumo o para tener más... Todas las razones dan mucha pena, pero quien da convierte una situación incómoda en estable.
Se coló por una grieta de la pared, con todas sus moscas y sus barrigas hinchadas como balones de reglamento, hipnóticos, entrando y saliendo entre los tres palos, con bufandas al viento gritando, engordando cuerpos atléticos y sonrisas altivas.
Descubrió que no huele, el hambre no huele a domingo, no hay calendarios para los días vacíos, sólo eco, recuerdo y silencio.
Tras un gran estruendo, un saco con ayuda estatal entró por la ventana y reventó su frigorífico.
Cuando se cansó de leer la letra grande de agradecimientos, planes de alivio social..., buscó instrucciones para abrirlo y solamente encontró una del partido gubernamental: VÓTAME.
Y eso hizo. Botó el saco y la última semana que le quedaba por morir por el agujero abierto en la ventana, con la esperanza de reencarnarse en césped, de ese que logra que olvidemos el hambre y las deudas.
- Pena, muy mal se están poniendo las cosas para que alguien se pueda plantear esa salida. - Alegría, siempre es más duro el asfalto.
Antes de que se acostumbren mis ojos y empiece a hablar de lo que cada uno se mete en el cuerpo,
hablaré de colores, de ciudades, de tamaños, del origen, de drogas para el alma, de cuerpos para el cuerpo, de pensamientos robados, de música tan simple como la palabra. De tener, de tener más.
Para que no lo vean, los taparé. Abriré mis oídos, mis manos ciegas buscaran y, caminaré en silencio.
Cuando entienda, callaré de pena.
- Hay que vivir con una meta en mente. - Alegría, ese es el consuelo del pobre. El rico llega y le da tiempo a plantearse más metas sin ver en ellas el final.
Profesiones de futuro, fruto de una noche de insomnio en periodo de crisis:
1. Clarificador de cosas y espesador de chocolate.
2. Colocador de notas musicales en el aire, para bandas sonoras de vida.
3. Rodeador de caminos.
4. Susurrador de sueños. De todo tipo de sueños...
- Pena, dicen que la crisis es un buen caldo de cultivo para la creatividad. - Ya, y que cuando la pobreza entra por la puerta el amor salta por la ventana.
Buscar una alternativa real al petróleo y a sus derivados, ahora que se agota. No como combustible, que eso es fácil, sino como contaminante, que tiene más enjundia la cosa.
- Encontrar alternativas es fácil, siempre y cuando, se busquen. - Alegría, lo difícil es ejecutarlas.
Coloco el felpudo. Hoy es martes y toca limpieza de escalera. Espero el ascensor. Se abren las puertas. Baja ocupado; los del octavo y su mascota, un elefante albino africano. Yo voy cargado con la basura en cuatro bolsas: papel, plástico, botellas varias y el resto. Monto. Se ha parado. No parecen nerviosos. Acarician a Tolo. El niño, celoso, empieza a gritar para llamar la atención. No le hacen caso. Una hora y cuarto y no aparece nadie al rescate. Huele mal. Por fin en la calle, está empezando a llover. Han florecido los cerezos del parque.
- Pena, yo suelo ir a nadar los martes... - Lo que pasa con las rutinas es que es posible acostumbrarse a todo. ¿Te has olvidado de que somos siamesas?
Hay quien ve la botella medio llena. Si son muchos, es mayoría. La mayoría, en democracia, tiene la razón. La razón hace gobernar. Gobernar es dejar el menor número de decisiones posible al azar. A los ojos del ignorante, el azar hace cambiar el tiempo. La temperatura ambiente también depende del calor interno. Beber no elimina, necesariamente, un aumento de temperatura, pero es aconsejable para evitar dudas y todo el mundo vea claro cómo está la botella... ...Hasta los más ilusos.
- Yo veo la botella medio vacía, Alegría. - Espera... glú, glú, glú... ahora está claro. Para que no digan que eres pesimista...
La hija del alcalde soñaba que era una princesa que soñaba que era la hija del alcalde soñando. Las dos se despertaron sobresaltadas, y respiraron aliviadas. La hija del alcalde porque no tuvo que pasar cien años dormida en la torre. La princesa porque al fin habían pasado.
- ¿Te digo lo que te suelo decir? - No Pena, dime lo que pienses. - Demasiado fácil.
Por fin di con la cura al mal que nos mata: Prevención.
- ¿Sabes que "eureka" quiere decir "lo encontré"? - Sí y que lo que dicen prevención muchos políticos ya se dieron cuenta de ello, lo que pasa es que lo llaman "cuando llegamos esto ya estaba así..."
¿Apagaste la calefacción? Cómo se puede abandonar el mundo con estas palabras, y dejarte con esta desazón de no saber si lo has hecho o no. Sebastián, no creas que no he visto esa sonrisa. Nadie me ha hecho reír como tú, hace tanto tiempo de eso... Cómo puedes tener las gafas tan sucias y tan... ¡pero si son las mías! Con razón pensaba que me quedaban flojas... Por cierto, cuando bajes, saca la basura, que ya sabes como se pone esto con la calor... Llamó Pacita, que no viene a comer, aunque con esto tuyo, seguro que se acerca.
- Ves Alegría, tantas cosas por hacer y resulta que ya tenemos hechas un montón... - Y lo que te rondaré Penita mía.
Tras la lluvia, las hojas colmadas, empezaron a desprenderse de las gotas de agua. Fueron cayendo una a una, tintineando en los charquitos formados a diferentes alturas de los cocos abiertos y rotos que había desperdigados por el suelo. Azar y viento, se aliaron e hicieron que, nota por nota, sonara la quinta sinfonía de Beethoven completa. Un cangrejo ermitaño, asustado por el ruido, corrió a esconderse bajo la arena.
- De lo que concluyes que no está hecha la miel para la boca del cerdo... - No Alegría, creo que las sensaciones existen solamente cuando alguien tiene capacidad para percibirlas como testigo subjetivo, el resto simplemente fluyen.
Quién sabe... quizás recordar fantasmas, nos impide avanzar hacia la luz.
Por los que fueron, por los que están al otro lado del espejo, por quienes me acompañan y soportan desde el cariño y el compromiso, alzo mi memoria, mi recuerdo y mi agradecimiento. Siempre.
- El tiempo pasa... nos vamos haciendo viejos... - En cada conversación... - Pablo Milanés no lo hubiera dicho mejor... - Ni peor... ¿igual, quizás? - Ay Pena Pena, qué alegrías tan tristes nos da la vida cuando pasa.
De nuevo con la nariz aplastada contra el colchón, las hormigas correteando por sus pies y la espalda, helada. Intentó girarse. Seguro que si se concentraba, al menos la cabeza le haría caso. Definitivamente no podía moverse. Rezó para que la pelusa que se había comido el calcetín, acomodada sobre la alfombra, no la delatara e hiciera a papá buscar debajo de la cama, como la última vez.
- Bueno Pena, hoy la cosa va de encuentros. - Así siento yo que está mi sueldo: sin nada que ocultar y a espensas de los demás. - Pues haber suspendido la oposición...
El diablo se hizo ecologista nada más que por protestar y se empezó a cuidar haciendo deporte hasta la asfixia. Incluso se recortó los pelos de la espalda. Dios, molesto con tanto cambio, le envió un dolor punzante en la rodilla izquierda. Pero Satanás, liberado desde que salió del armario del cielo disfrutó este nuevo mal, como un regalo y con un guiño agradeció el detalle al Todopoderoso. Pero éste no se dio cuenta porque estaba de nuevo metido en sus cosas: Parando la crisis, rebajando sueldos, subiendo impuestos, desequilibrando el mundo... Por llamar la atención del Creador, Satán se montó un banco de esos de crédito fácil y rescate estatal... Ya se sabe, del amor a odio, el filo de una navaja.
- Pena, fue gorda la del paso del año... - Sí, creo sí. Pero al menos logré no llevar ropa interior roja. - Para mi vergüenza... - Lo siento, no se me ocurrió ninguna alternativa.
- Es difícil desear felicidad en momentos de crisis... - ¿Crisis Alegría? El día que nos enteremos de qué es lo fundamental y dejemos de acumular lo necesario... ese día sí que van a sufrir la crisis de verdad. - Pues eso, ¡feliz día aquel!
Renacer de tus propias cenizas llega a ser un poco pesado e incómodo, además, la gente te olvida fácilmente y ya nadie te reconoce. También trabajé como caballo, en Troya; fue fácil dejarse llevar de un lado para otro, aunque poco creativo, pero me daba árdores de estómago y, ya se sabe, la salud es lo primero. En estos momentos me gustaría viajar, pero no muy lejos, para poder regresar a casa cada día, conocer gente, a todo tipo de gente. Llevarla de un sitio para otro en momentos críticos de su vida... o de su muerte, eso me da igual...
- No se sabe si vas o vienes... - Todo es relativo, Alegría, supongo que sean puntos de vista...
Sonó el despertador. Pudo no hacerlo. Se levantó y desayunó. Había qué y por qué.
No sonó el despertador. Se levantó tarde y desayunó rápido. Había qué y por qué: Tenía prisa.
No sonó el despertador. No se levantó ni desayunó, porque Dios, que estaba ocioso, desató su aburrimiento sobre él.
Supongo que ahora entienda el porqué de que el que no despertó, que soy yo, pague este anuncio. Me va el libre albedrío en ello.
"Se busca planeta idóneo para prácticas y reciclaje de un Dios creativo con mucho tiempo libre"
- Pena, te va a castigar Dios por lo que cuentas... - Tienes demasiado tiempo libre Alegría y no sabes en que dar. - Eso y periodo de abstiencia creativo. No puedo evitarlo.
Dado que no siempre se termina en el lugar que uno desea, disfrutemos de nuestra capacidad de adaptación.
Algunas hojas
cayeron en el suelo
buscando el cielo.
- Lo único que tenemos claro es el lugar en el que estamos. - Es verdad Pena, esto no es como se empieza, ni los caminos que deseamos explorar, es un poco de todo: senderos, sueños, anhelos. - Son los durantes más que los fines. - Será eso.
Habrá sido el viento, o simplemente un susurro, el que ha traído ese olor a mar saltarín y dulzón. El que hizo que en este otoño de lluvias sienta sal y soles.
Desde aquel mar
las hojas de otoño
vuelan azules
- Pena, mucho de algo bueno se convierte en algo malo...
- Mucho mejor mucho de algo malo, dónde vamos a parar...