Le dije, sin alzar la voz: “@hija, te pasas todo el día enredada y sonriendo interrumpidamente a tu smartphone, subiendo y bajando archivos a mega depósitos imborrables, con el único fin de recibir refuerzos positivos inmediatos que son el arma que destruirá masivamente esa sociedad alternativa e insustancial que no existe, pero que engorda fortunas alejadas del esfuerzo personal... ¿quieres ponerte a estudiar, aunque solamente sea por postureo…?”, y ¿sabes qué me respondió? “ok boomer”. ¡OK BOOMER!... me pinchan y no sangro.
22 de noviembre de 2019
21 de noviembre de 2019
Fugaces del 10 al 1
Ángel caído 10
Embarazo 9
Cambio de aires 8
Estrenó el traje que dejó su padre nuevo
Invertido 7
Condenado 6
Distancia 5
El pez nada, de nadar
Muerte 4
Jefe 3
Tengo tu razón
Otro pez 2
Final 1
- Una cosa te digo Pena, la próxima la hago yo del uno al diez, porque me has dejado mal cuerpo
- Ya estás tardando en empezar
20 de noviembre de 2019
Simple es el aire
a
cuando camino
en este otoño gris,
desato nudos
b
¡calla música!
y que hable más fuerte
este silencio
c
bajo la niebla
el aire que respiras,
también es simple
d
las campanadas
cuando suenan tan lejos
parecen ecos
- "Caminante, no hay camino..."
- Pena, mira para adelante que chocas
- Ay alegría, cuánto te eché de menos
16 de enero de 2019
6 de junio de 2017
Esperando esperanzas
Muera la muerte
que entierra en vida,
nuestros anhelos.
¿Sabes cuándo los
ríos traerán a las
30 de marzo de 2016
De fines
Siento como el poeta de un dios verdadero
cambia su vida por la de la niña muerta
que, sin nacer, ha dejado más huella
en este mudo mundo sordo y loco
por el mar, ese que se esfuma por sus orillas
hacia las entrañas de la tierra.
-Pena, ¿estás sola?
-Y sin compañía
cambia su vida por la de la niña muerta
que, sin nacer, ha dejado más huella
en este mudo mundo sordo y loco
por el mar, ese que se esfuma por sus orillas
hacia las entrañas de la tierra.
-Pena, ¿estás sola?
-Y sin compañía
8 de septiembre de 2014
Agujeros
Luis Leonardo, de naturaleza ambivalente, oblicua y polifónica, nació rico por parte de madre. Heredó lunares en los calcetines, unos pantalones azules y agujeros en los bolsillos, para que, por su condición de acaudalado, nunca se llenen.
- ¿Te acuerdas lo que heredamos de madre, Pena?
- Claro que me acuerdo. Era tan pobre que un pozo para que lo llenáramos de deseos.
- ¿Te acuerdas lo que heredamos de madre, Pena?
- Claro que me acuerdo. Era tan pobre que un pozo para que lo llenáramos de deseos.
6 de septiembre de 2014
De peso en pico
Picoplomo era un canario extraordinariamente pesado. No había balancín que soportara su peso. La jaula pasó de la pared a la encimera de la cocina tras reventar la alcayata del seis que la sujetaba.
Murió la abuela y, en polvo y urna de plata, relegó al relindo pajarote al suelo de la terraza, donde canta en silencia a cada una de las flores que pasan a su lado ausentes.
- Ya me gustaría tu ausencia, Pena.
- Sería demasiado aburrido y previsible todo...
28 de agosto de 2014
Con sueño
Se cubrió con un mando de estrellas heredado de una tía que no llegó a conocer. Las penurias y la postguerra agujerearon los recuerdos más recientes hasta hacerlos tomar este color grisáceo. De puro aburrimiento, se durmió hasta que se despertó con la luz del despertador a altas horas de la mañana, casi tarde ya. Tomó un libro con las pastas por fuera y recordó los macarrones con chorizo y huevo crudo de la abuela, pero sin queso. Se tragó las primeras páginas y se guardó el resto para el almuerzo. Se levantó de la cama y se calzó los mocasines, uno por pie. Huyó por el doblez del pasillo hasta el fondo, escondido en el silencio, donde moran los sueños, esos que no tuvo.
- Alegría, que felicidad tenerte cerca.
- Ay Pena, pensé que de pena no estabas ya.
30 de abril de 2014
Sin rutinas
Buscaba las calles más concurridas para, con sus manos extendidas, ir impregnándose de los olores de los viandantes: colonias infantiles de bebés rechonchos que dormían tranquilos en sus carricoches, lila y rancio de una mujer con generosas carnes que mostraba sin pudor, té verde de una preciosa chica de pelo afro con ojos infinitos, tabaco de pipa de un pretencioso y denostado caballero sindicalista, frescura melancólica del sur de bellas y tenues sonrisas, recuerdos secretos de alguien que conoció y ahora no recordaba dónde...
Intentaba atesorar todos los aromas, esa mañana iba a ser dura, tenía que ensobrar cientos de cartas en la oficina y ya se sabe que a nadie le gusta recibir una carta que no huela a nada.
— Ya estoy cansada de tanta carta de bancos y de publicidad
— Pena, ya no llegan cartas como las de antes, y los mensajes no huelen.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)