En la memoria queda, tanto lo que se hace como lo que se imagina que
se ha efectuado.
El tiempo lo confunde todo y las demencias nos ponen
a cada uno en nuestro sitio: dependientes e indefensos ante la vida y
ante secretos que no siempre son los nuestros.
Es esta naturaleza
olvidadiza la que nos deja sin nada que compartir y es cuando nos
perdemos nuestra esencia en bolsillos en los que ya nadie busca.
- Eso es porque no has perdido más de los que has encontrado por el camino.

