21 de diciembre de 2012

Otro final

El monstruo no creía en los finales, pero no por principios. Era de la opinión de que siempre quedaba algo por recoger. 


- Pena, tiene sentido: cuesta mucho ordenarlo todo.
- Ya, cuando tienes mucho y te dejan sin nada es cuando lo valoras y, o te vuelves loca, o te conviertes en Robin Hood. 

19 de diciembre de 2012

Aquellas nieves


Guarda secretos
encallados y rotos 
para el invierno




- Pena, no te pongas en modo termo, libérate y respira.
- Los inviernos tristes traen también veranos.

17 de diciembre de 2012

Cantando cuentos

Ayudado por sus musas, el monstruo de dos cabezas se alimentaba de todo tipo de palabras. Las recogía entre los ríos, gritando al viento del norte: verbos en subjuntivo, tildes esdrújulas, sustantivos compuestos con o sin guión eran su sustento.
Pero aquellos años la brisa ajó las cosechas y las musas durmieron hasta tarde al abrigo del tedio.
Fue entonces cuando se perdió en el bosque de las montañas, que bajo la nieve, entre sus rizadas ramas escondía las palabras de más valor y se las regalaba amparado en la noche.
Los días trajeron la luz y entrelazando sonrisas de gentes, encontró las que alimentaban el alma.

Y lo hizo contando historias y cantando sueños.


- Alegría, tu confundes la realidad con la ficción, ese es tu problema.
- No es así Pena, simplemente la adapto y la fabulo para que tenga sentido...

13 de diciembre de 2012

Certezas... o cervezas

Me plantaron de niño. Mi padre decidió irse con una escocesa de proporciones pecaminosas a escribir corazones en los árboles. Lo del fin del mundo me pilla como de vuelta. Para mi abuela se terminó todo hace treinta años, y estoy seguro que para mis nietos no existe nada aún. O eso creo.



- Pena ¿lo que no existe no está o está en espera?
- Alegría, ¿apagaste el gas?

11 de diciembre de 2012

Añoranzas

De las palabras
que me sobran calladas
hago música

Mi musa muere
sino estoy sentado
escribiéndote

Bocas de lobo
no se comen inviernos;
ahuyentan niños

Vuelven las sombras
cuando crecen los ríos
tras los arbustos

Mirando al niño
que fuimos hace tiempo
lloramos quedos


- Alegría, estaba recordando todo lo que hablábamos sobre nuestro futuro, sobre lo que queríamos ser...
- Llegarán futuros que ahuyenten lobos

10 de diciembre de 2012

Al filo

En un mismo salto, sin más ayuda que la gravedad, Luis Albricias Pocas se despidió, de pasada, de la vecina del cuarto (como siempre asomada entre cortinas), del silencio, ese que calla, de sus limitaciones para entender, de los anuncios de compresas y de los de la ilusión, de su imaginación, de su indecisión, del monstruo, de sí mismo y de todos sus compañeros, del tiempo de sobra y del de falta, de ese maldito canon de entrada y salida musical que se repite una y otra vez sin sentido ni gracia alguna. 
También se quiso llevar la culpa, pero era tanta que los que quedaron, se hicieron con la herencia sin quererla.


- Alegría, yo el que odio es ese anuncio que dice que compres lotería para poder soñar o tener sueños decentes.
- Pena, yo no necesito ni cerrar los ojos para hacerlo.