Cuentan de un sabio
que, al ver volar la nieve,
cerró sus libros.
Ahora llueve.
Tengo un gran paraguas
y mil caminos.
- Pero si estoy helada... encima tú hablando de nieves y lluvias.
- Pena, no eres capaz de encontrar la belleza de lo sencillo.
- Ya.. como el sabio que cerró sus libros para irse a la cama a dormir calentito.