Al dormirse, se dio cuenta de que todo había sucedido realmente. Sobrevoló la zona y armado con su capa roja, reparó todo. Como cada noche.
Sinsentido
Siguió sucediendo todo minuto a minuto desde ese aleteo de mariposa en Kawarou hasta la caída del campanario en Lorca. Sin sentido.
- Ya no se usan las campanas para anunciar nada... - Es verdad Alegría. Tenemos un pensamiento tan disperso que su sonido va directo a la carpeta de spam. - Parece que ya nada nos inquieta lo suficiente.