5 de marzo de 2014

Brisa perla



La directora de la banda eleva los brazos. El aroma Brisa Perla cautiva a todos. El clarinete primero duda un momento, embriagado por tan cálido aroma y entra tarde. Con una mirada y un movimiento de batuta firme, se corrige el error. Cruzan una mirada cómplice. Bombo y platos de choque se dan cuenta y sonríen mientras se preguntan por el número de compases de espera que llevan. Ha habido acuerdo y entran cuando toca. Trompeta no ha dado la llamada y tuba, definitivamente, se ha cruzado. La tensión hace irrespirable el ambiente, se masca la tragedia. La directora eleva los brazos. Brisa Perla embriaga al auditorio. Calderón salvavidas. Silencio absoluto para ordenar y ajustar. Bajada de brazos final. Ni un solo eco, ni colas… Irrepetible, sencillamente sublime. Ovación al bombardino que se levanta con el instrumento en una mano y las partituras de la siguiente obra en la otra. Aplausos para el resto de la banda que agradece la directora inclinado levemente la cabeza. Cambio de partituras. Silencio en todos los atriles. Alza los brazos, Brisa perla.


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