Mi madre era muy positiva. Un día se presentó en la cocina disfrazada de esperpento turquesa, y nos convenció de que iba vestida de esperanza. Mi hermana lo supo nada más verla cruzar la puerta, yo tengo problemas con los colores y me hice economista.
- Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana, Pena.
- ¿Para saltar?
- Voy a pensar por qué te quiero tanto. Dame tiempo.
