19 de abril de 2012

Torrezno y hortelana

En el año que se suicidó padre, el marzo vino ventoso. Todo quedó tan barrido que las lluvias de abril no encontraron donde caerse y acartonaron las articulaciones envolviéndolas en niebla espesa como el chocolate. Madre removió los armarios, hasta que después de ventilarlos bien encontró las palabras que buscaba. La luz que entraba por la ventana cortaba la cocina de parte a parte, clara y cegadora. Vuestro padre..., vuestro padre me mató ya hace un año, de tres hachazos, en donde la cabaña del Cuco. Esa fue la primera vez que notamos su ausencia. La Nena preparó la comida, unas lentejas con trocitos de torrezno, y una hoja de hortelana.




- Tengo la sensación de que el viento nos envuelve y nos aprieta tan fuerte que a veces no nos deja ver el ruido...
- Eso que tú llamas ruido Pena, es música en otros oídos más abiertos.

2 comentarios:

Anita Dinamita dijo...

Me dejas sin palabras. A veces en las familias el ambiente es tan opresivo que no se notan las ausencias, solo la presencia.
qué bien escrito!
Abrazos

Dyhego dijo...

Bicefa:
Me ha gustado eso de buscar palabras en el armario.
Salu2.