Renacer de tus propias cenizas llega a ser un poco pesado e incómodo, además, la gente te olvida fácilmente y ya nadie te reconoce. También trabajé como caballo, en Troya; fue fácil dejarse llevar de un lado para otro, aunque poco creativo, pero me daba árdores de estómago y, ya se sabe, la salud es lo primero. En estos momentos me gustaría viajar, pero no muy lejos, para poder regresar a casa cada día, conocer gente, a todo tipo de gente. Llevarla de un sitio para otro en momentos críticos de su vida... o de su muerte, eso me da igual...
- No se sabe si vas o vienes...
- Todo es relativo, Alegría, supongo que sean puntos de vista...
3 comentarios:
Mucho trajìn para un barquero.
un abrazo
Si el que me invita al paseo es Caronte, pues va a ser que no me monto yo en esa barca...
Saludos, Bicefa.
No me oriento, ¿debería?.
Besos.
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