y empiece a hablar de lo que cada uno se mete en el cuerpo,
hablaré de colores,
de ciudades,
de tamaños,
del origen,
de drogas para el alma,
de cuerpos para el cuerpo,
de pensamientos robados,
de música tan simple como la palabra.
De tener,
de tener más.
Para que no lo vean,
los taparé.
Abriré mis oídos,
mis manos ciegas
buscaran
y,
caminaré en silencio.
Cuando entienda,
callaré de pena.
- Alegría, ese es el consuelo del pobre. El rico llega y le da tiempo a plantearse más metas sin ver en ellas el final.
3 comentarios:
Felicidades Bicefale, lo has dicho todo.
Un besito sin final.
siempre te leo
y releo
incluso a veces, llego a memorizar...
pero nunca encuentro palabras que dejarte aquí... sólo puedo decirte que eres brutal, verdaderamente brutal
enhorabuena, una vez más
besos!!
Que decir...tu blog me gusta en srio...Saludos.
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