8 de febrero de 2012

Clarividencia

Antes de que se acostumbren mis ojos
y empiece a hablar de lo que cada uno se mete en el cuerpo,

hablaré de colores,
de ciudades,
de tamaños,
del origen,
de drogas para el alma,
de cuerpos para el cuerpo,
de pensamientos robados,
de música tan simple como la palabra.
De tener,
de tener más.

Para que no lo vean, 
los taparé.
Abriré mis oídos,
mis manos ciegas
buscaran
y,
caminaré en silencio.

Cuando entienda,
callaré de pena.


- Hay que vivir con una meta en mente.
- Alegría, ese es el consuelo del pobre. El rico llega y le da tiempo a plantearse más metas sin ver en ellas el final.

3 comentarios:

Ana Belén García Sánchez dijo...

Felicidades Bicefale, lo has dicho todo.
Un besito sin final.

Sara dijo...

siempre te leo
y releo
incluso a veces, llego a memorizar...

pero nunca encuentro palabras que dejarte aquí... sólo puedo decirte que eres brutal, verdaderamente brutal

enhorabuena, una vez más

besos!!

ROSIO dijo...

Que decir...tu blog me gusta en srio...Saludos.