Cuatro.
La crisis volvió sorda a la estatua del Retiro, y se convirtió en piedra sin la percusión de la monedas acompañando su baile.
Tres.
Cansada de ser motivo de tantas batallas, optó por poner timbre a su casa. La operación resulto brillante.
Dos.
Cada sábado, cuando los armarios no tenían puertas, por unas monedas podía sentir el roce de sus dedos en mi cara en cada afeitado.
Uno.
La Ratita Presumida con la capacidad inversora de La Lechera, ahora mismo tendría una boutique y no una escoba, un lazo nuevo y esa sonrisa.
- No entiendo la manía que te ha dado por los concursitos...
- Lo que pasa es que mi talento no da para más de 140
- Creía, Pena que el problema era de condensación
- Será por eso











































