28 de enero de 2011
El retorno
Tras la cuenta atrás, el frigorífico se elevó y salió despedido hacia la luna. Atravesó el techo, y la lámpara de araña con cristalitos brillantes de la profesora de piano. En su vuelo sorteó el dormitorio de los Benítez, como estaba previsto. Al salir por la chimenea, se desprendió de los imanes de la puerta. Llegado el punto de no retorno, Javi se comió el bocadillo de mortadela que le había preparado su madre. Ya en el satélite amigo abrió la puerta, no sin antes coger mucho aire. Así, con el disfraz de teletubby y manteniendo la respiración se dio un paseo, pateó unas cuantas piedras y regresó. Mientras se comía el de salami pensó que esto de ser astronauta no era para tanto, y se volvió a casa. Su madre se había ido a hacer un recado, y él se tumbó a ver la tele que es lo que hace cuando quiere tumbarse a ver la tele y su madre ha salido a hacer un recado.
- ¡Qué gozada!
- Pena, a mí también me gusta tumbarme a ver la tele...
- Lo digo por el bocadillo de mortadela. Me encanta
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14 comentarios:
Tu frigorífico volador supera con creces a Julio Verne. Como en el futuro las naves espaciales sean neveras, me acordaré de tu visión en este relato. Abrazos.
Esto de que las madres se vayan a hacer un recado es lo que tiene, uno se queda sólo, se imaginan cosas, se juega un poco y después... pues eso... tele ;)
Me gustó su viaje.
Es que los críos viajan a donde les da la gana y con lo que les da la gana. Muy buen micro.
Un abrazo.
Qué gozada, qué ternura, qué deleite leer lo que has escrito.
¿Lo puedo poner en la página de micros de mis amigos?
Decime que sí, porfi, porfi, porfi
Patricia, es un honor formar parte de tu página y de tus amigos.
Gracias y sí, claro que sí.
Qué bien descrita la maravillosa fantasía de los niños, una delicia :)
Buenísimo, divertido, tierno... lo bueno de viajar en neveras es lo de los sandwiches.
La frase final me encanta!
Abrazos
A mi, como a Anita, me encanta la última frase.
Por cierto, hoy es el aniversario de la explosión del Challenger...
Jejejeje, a mí también me encanta esa lógica aplastante del final del relato. La nave espacial utilizada, ideal para un viaje de altura como este ;) Besos
Me ha gustado mucho tu historia de astronautas. Demuestras sin espacio a ningún género de dudas que para los viajes interestelares sólo es necesario un objeto cotidiano, eso sí, de un tamaño que permita al astronauta la entrada. La frase final es magnífica. A mí es que estas historias de andar por casa me encantan, al verdad.
Gracias Bicefalepena, ahora lo publico
¡Cómo me gustaría viajar a la luna!
Salu2.
un homenaje a Verne
buen fin de semana
Derroche de fantasía para un buen micro.
Enhorabuena.
Saludos
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