26 de agosto de 2010

Aprendiendo a nadar

"Brazada, brazada. No pares el ritmo de los pies. Y nunca te olvides de respirar, procurando hacerlo con la boca fuera del agua."

Tomo aire cada dos tempos, o cada tres, o cada cuatro, pero manteniendo el compás.

"Y tararea lo que te pida el cuerpo."

"Y avanza, reorganízate en las rotondas, en los nudos de la carretera, y avanza..."

Me falta el aire. Me muero, ...también de calor.

He perdido el ritmo de mi navegador.

Lo he vuelto a hacer: He respirado con la cabeza dentro del agua. Seguro que varias veces por este insoportable olor a lejía...

Solamente siento un zumbido lejano y un repiqueteo metálico que me transporta a baños interminables en ríos inventados, donde armado con dos piedras me comunicaba con mi compañero de viaje...

Aire, aire... por fin entra el aire, y sale el agua... y entra el ritmo de tres por cuatro en crol menor



- Pena, hoy suenas como distorsionada
- ¿Tú crees?
- Sí, te lo digo en serio
- Bueno, me lo haré mirar...

2 comentarios:

Dyhego dijo...

Si es que estar pendiente de las manos y de los pies a la vez, uffff.
Salu2 fresquitos

Anónimo dijo...

Aprendiendo a secarse, y quitarse olores y no dejar rastro de ninguna gota de humedad. . .