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24 de diciembre de 2010
Triste con lagrimeo
La maestra, su madre, contaba cada Navidad el cuento de la cerillera. Triste, triste y triste con lagrimeo.
Él nunca lloró, ni tan siquiera sintió pena.
Hoy mata por una cerilla que caliente su corazón y su falta.
No sé qué poner, en primer lugar coincidimos siempre en el blog de Diego y en segundo, sobre tu pequeño relato de la cerilla, mucha frialdad y poco calor humano...
Qué recuerdos, Bice, ese cuento de la niña de las cerillas. Bien por tu reivindicación del sentimiento y feliz Navidad, fría por fuera y con su cerillita por dentro.
Me ha gustado mucho, hay que prender la llama del sentimiento, y luego, lo más complicado, es mantenerla encendida. La foto me ha encantado, chulísima. Un abrazo fuerte.
Bonito homenaje, y triste, si se trata de eso. Yo al menos, hijo de maestra, así lo entendí. (El pez amarillo es un lince. Las pilla todas) Saludos, Bice.
Me gustan estos microrrelatos que escribes, tienen su punto de ingenuidad y fuerza.
Bueno, yo venía a felicitarte las fiestas más que nada, a desearte que pases unos días agradables en familia y todo esto que se suele decir en estos días...
Besito, de hija de maestra, :) (y si dios quiere, futura profe)
Y cuando ya, desesperanzado, ni siquiera recordaba que años atrás buscaba una cerilla que calentara su corazón y su falta, descubrió ante sí una hoguera de fuegos salvajes que le prendió el alma. Un besito lleno de luz.
Uy, que no se si es que esto me funciona mal pero te escribo comentarios y no salen. Bueno, aún así que sepas que te leo de vez en cuando. Saluditos Navideños.
11 comentarios:
No sé qué poner, en primer lugar coincidimos siempre en el blog de Diego y en segundo, sobre tu pequeño relato de la cerilla, mucha frialdad y poco calor humano...
Gracias y saludos.
La cerilla es el fuego domesticado.
Salu2
Qué recuerdos, Bice, ese cuento de la niña de las cerillas. Bien por tu reivindicación del sentimiento y feliz Navidad, fría por fuera y con su cerillita por dentro.
Me ha gustado mucho, hay que prender la llama del sentimiento, y luego, lo más complicado, es mantenerla encendida. La foto me ha encantado, chulísima. Un abrazo fuerte.
Bonito homenaje, y triste, si se trata de eso. Yo al menos, hijo de maestra, así lo entendí.
(El pez amarillo es un lince. Las pilla todas)
Saludos, Bice.
Me gustan estos microrrelatos que escribes, tienen su punto de ingenuidad y fuerza.
Bueno, yo venía a felicitarte las fiestas más que nada, a desearte que pases unos días agradables en familia y todo esto que se suele decir en estos días...
Besito, de hija de maestra, :) (y si dios quiere, futura profe)
Bello y triste, original e incisivo como siempre, hermosísima la imágen :) Felices fiestas, un abrao desde Venezuela.
Y cuando ya, desesperanzado, ni siquiera recordaba que años atrás buscaba una cerilla que calentara su corazón y su falta, descubrió ante sí una hoguera de fuegos salvajes que le prendió el alma.
Un besito lleno de luz.
Uy, que no se si es que esto me funciona mal pero te escribo comentarios y no salen. Bueno, aún así que sepas que te leo de vez en cuando. Saluditos Navideños.
Querido Bicefa, de vuelta de mis vacaciones paso a desearte...
¡MUCHAS FELICIDADES PARA ESTAS FIESTAS!
No importa lo que se tiene sino lo que se espera tener :)
Un beso enorme.
¿Me prestás un poquito de tu frío? Aquí hace casi 40 grados...
En medio de tanto tan grande, lo pequeño diferente da la nota.
Un abrazo
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