Un día se acercó una niña curiosa (esto suena redundante...) a Bicefalepena y le preguntó sobre la muerte y por qué nos morimos...
Estaba preparado para responder de dónde vienen los niños, los ciclos de la luna, el color de las flores... Pero dar respuesta a algo tan sencillo, de forma compleja..., como para niños, era todo un reto.
Empezó a darle vueltas en sus cabezas, lo que generó más y más dudas aún, sobre las cosas que quedan por hacer cuando la muerte se presenta de forma repentina en plena juventud, o cuando viene avisando a gritos, para llegar callada...
Y le espetó: Mira, déjalo. Seguro que morimos porque estamos vivos, como las plantas.
3 comentarios:
.... o porque sino, acabaríamos conociendo todas las respuestas, y esto sería muy aburrido.
Se puede aprender mucho de las respuestas de los niños... al menos sencillez e inocencia, lo cual no es poco. (Muy buenos y muy a tiempo los comentarios entre paréntesis en tu relato...).
Un beso huelguista.
Muy bueno.
A veces pensamos y pensamos como responder a un niño-a, cuando con lo más sencillo tenemos la mejor respuesta.
Coincido con Kum en que los paréntesis están justo en el sitio oportuno.
Abrazos
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