- Insisto, no tengo nada que decir sobre mí mismo, mejor que lo digan los demás. No me gusta hablar de mis virtudes como lo objetivo que soy, y lo cariñoso que soy, o lo bien que hablo, y lo fácil que me es conectar con los demás por mi enorme capacidad de escucha, y de lo guapo que soy.... Mejor hablo de mis defectos... pero no ahora.
- Alegría, no me gusta que hables de política, ni de religión tan temprano. Sabes que me sienta mal con el estómago vacio.
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