Sentado al lado de la ventana, Bicefalepena cae con el viento sobre la hierba, y se mece con cada gota que se acumula en las cuerdas de la ropa hasta que se lanza sobre quién sabe qué paraguas...
No tiene hoy ojos de gris y pena, hace tiempo que tiene la cara llena de lágrimas.
- Alegría, ¿cómo es que estás hoy tan callada?
- ¡Ay pena!, ¿quién soy yo sin ti? ...sino sé ni llorar
1 comentario:
Qué suerte que tiene Alegría, que se cree que no sabe ni llorar...
Es mejor que siga pensando eso.
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