De nuevo con la nariz aplastada contra el colchón, las hormigas correteando por sus pies y la espalda, helada. Intentó girarse. Seguro que si se concentraba, al menos la cabeza le haría caso. Definitivamente no podía moverse. Rezó para que la pelusa que se había comido el calcetín, acomodada sobre la alfombra, no la delatara e hiciera a papá buscar debajo de la cama, como la última vez.
- Bueno Pena, hoy la cosa va de encuentros.
- Así siento yo que está mi sueldo: sin nada que ocultar y a espensas de los demás.
- Pues haber suspendido la oposición...
6 comentarios:
Un micro inquietante, me gusta. Y me encantan la lámina, creo que es de Lola Catalá, que expuso hace poco en Ávila. Tiene mucho arte esa mujer
Si la última vez buscó bajo la cama, estoy segura de que lo hará otra vez... los papás siempre saben donde encontrar...
Un abrazo
Bicefa:
¡Y eso contando con que no se pusiera a estornudar por culpa de las pelusillas...!
Saludos muy limpios.
Esconderse del padre es una cosa terrible y que deja cicatriz.
Un abrazo, Bicefa
Este micro deja abiertas las razones por las que se escondía del padre. Espero que fuera sólo un juego...
Un saludo indio
Es genial bice, me encantó.
Muchas gracias.
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