18 de mayo de 2011

Don Miguel

DON MIGUEL: Fue Cide Hamete Benengeli el que lo encontró escrito y me dijo, que él no fue el que te hizo ver gigantes. Que todo tenía que suceder así. Quijano, por Dios, ¿qué vas a hacer?, baja esa espada, que estoy impedido y no me voy a poder defender como mereces. Sancho, amigo, cuéntaselo tú que sabes lo que me pasó en Lepanto luchando contra el turco. Además, si lo hice, fue porque:

escribir versos
siendo soldado fiero
está mal visto

y con este sueldo mísero que tengo, no me ha quedado más remedio que fabular.

ALONSO: No te mato porque si mueres, muero yo. Y matar muriendo sí que sería una locura.

SANCHO: Mire a ver mi señor Alonso, que más vale envainársela a tiempo que morir de una pulmonía en suelo ajeno y no vaya a ser que en el remedio esté la enfermedad contraída por descuido...

DON MIGUEL: Sancho, contigo me equivoqué, estás muy dañado, pero que muy dañado.


- Alegría, la suma de las partes suele ser mayor que el todo que las dividió.
- Ya, sobretodo cuando intentas arreglar algo.

5 comentarios:

Dyhego dijo...

BICEFA:
Y a todo esto ¿qué dice la mi Dulcinea del Toboso?
Salu2.

Anónimo dijo...

De todas maneras, mira que poca vergüenza, atacar a su propio padre, un pobre tullido...

Elena Casero dijo...

Un diálogo muy personal, aunque yo no sé si Sancho está tan dañado como dice Don Miguel.

Puck dijo...

jajaja no dejas de sorprenderme!!! Me encanta este diálogo y ese pobre Sancho tan dañado jajaja
Saludillos

Dany dijo...

Buenisimo. Veo como mundos dentro de otros.....Don Miguel....Alonso.....Cide.
Y el mas claro parecer ser Sancho. Un abrazo.