Berni era de los que pensaban que lo interesante era meterse en líos. Le gustaba vivir al límite, incluso caerse de ese límite al infinito de las incertidumbres y los remordimientos. Los problemas eran su aire. Más de una vez pensé que era como un silla con una pata más corta que habían intentado arreglar rebajando las otras patas y cojeaba ahora de las cuatro.
Un día en el barrio, apareció María. Y ¡madre mía, María!. Seguía exactamente igual que la recordaba... Fue verla y cojear como una marioneta. Dejó incluso de dormir.
Se lo contó a su madre y ella se acordó de todos esos momentos de su vida mal resueltos, en los que había dejado correr los problemas hasta el olvido, de todas esas TSNR con tantos amigos, a los que aún hoy, no podía sostener la mirada sin sonrojarse.
Berni le regaló una piruleta de sol de arco iris. La tensión desapareció tras la nube de la sonrisa de María.
- Recuerdo tantas tensiones de esas, que no sé ni por cual empezar....
- Alegría, es que tú eres muy célibe...
- Ya, pero por eso de que una vez resueltas, suele haber más esperando a la puerta.
- En fin...
6 comentarios:
Yo quiero una piruleta de esas!
Qué lindo y cierto, qué mal sientan las TSNR.
Un abrazo
BICEFA:
Si es que la tensiones hay que destensionarlas.
Interesantes reflexiones.
Salu2
Ninguna tensión es buena, y las no resueltas...menos, y ya ni te cuento si son sexuales!! Un abrazo relajado, nada tensionado.
¡Vé aflojando! que después te duelen las cervicales.
La tensión no es buena, Bicefa.
Saludos.
¿Qué sería de muchas series de TV sin esa TSNR?
Saludos
TSNR. . . muy buena para la imaginación y para inventar recursos, y para más cosas, seguro.
Siempre hay que ver el otro lado de la moneda, o de la piruleta.
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