29 de octubre de 2010

El Oscuro

Me gusta pisar las hojas mientras camino arrastrando los pies. Y también los ojos opacos mientras clavo el puñal una y otra vez. Pero lo que no soporto, son las voces, esas voces... tan estridentes, como la tuya...

Las campanas tocan a muerto.
Todo el pueblo permanece en silencio. En la tasca, la partida parece más animada que de costumbre. El tabernero escupe en la mesa, espanta las moscas, y pasa un trapo. De repente, uno de los oscuros individuos se levanta de la partida y dando una patada a la silla, sale de la nube de humo, enfadado, rojo por la ira... Toda la bodega se ilumina con una carcajada estremecedora. Satanás, el antes conocido como Luzbel ha ganado.
Mefistófenes tendrá que hacer el trabajo sucio: arrastrar el alma del infeliz difunto a las entrañas de la tierra...
Perdió.






- Me has dejado temblando...
- Ay Alegría, qué poco sentido del humor tienes...

5 comentarios:

Maite dijo...

Pues yo comparto opinión con Alegría, me he quedado temblando!!
Un abrazo

Dyhego dijo...

¡Es lo que tiene apostar! Yo juego con monedas de 1 céntimo...
Salu2.

Anónimo dijo...

El oscuro tiene un potente antídoto: El luminoso

Ana Belén García Sánchez dijo...

En una palabra: WUAU!!! Que fuerza tiene este relato.

Maripaz dijo...

Tambien a mi me gusta pisar las hojas muertas arratrando los piés, pero esas voces chillonas, me asustan mucho, me llenan de angustia, de miedo a lo desconocido...