7 de junio de 2010

La calma

Con un susurro o con un grito, una brisa, un eco al fondo de la casa, un silencio, una pequeña ola, la luz de la escalera que se cuela por debajo de la puerta, unos pasos que se acercan, unos pasos que se alejan, una puerta que se abre...

Bicefalepena, dividido y siempre divergente, sentía esto como el principio o como el final... o..., bueno, el caso es que las mariposas no paraban de volar por su estómago, aleteaban y llenaban de aire sus pulmones haciendo que se sintiera lleno de vida.

Pena sabía que todo eran llamadas a la tempestad... alegría reconocía y esperaba las calmas pacientemente...

1 comentario:

Anónimo dijo...

hoooo, hoooo, hoooo...

amanece...