3 de febrero de 2012

Cada día

Coloco el felpudo. Hoy es martes y toca limpieza de escalera. Espero el ascensor. Se abren las puertas. Baja ocupado; los del octavo y su mascota, un elefante albino africano. Yo voy cargado con la basura en cuatro bolsas: papel, plástico, botellas varias y el resto. Monto. Se ha parado. No parecen nerviosos. Acarician a Tolo. El niño, celoso, empieza a gritar para llamar la atención. No le hacen caso. Una hora y cuarto y no aparece nadie al rescate. Huele mal. Por fin en la calle, está empezando a llover. Han florecido los cerezos del parque.


- Pena, yo suelo ir a nadar los martes...
- Lo que pasa con las rutinas es que es posible acostumbrarse a todo. ¿Te has olvidado de que somos siamesas?

2 comentarios:

Liliana G. dijo...

Son esos días en que es preferible no moverse de casa. Aunque te digo algo, Bicefa, menos mal que los del octavo tenían solamente un elefante y un niño :)

Súper, se palpita la impotencia, la bronca y la desesperación del personaje a través de tu magnífica metáfora.

Un gran cariño.

Susana Pérez dijo...

Como cada día, sigues sorprendiendo.

Abrazos