25 de enero de 2012

Hasta mañana

¿Apagaste la calefacción? Cómo se puede abandonar el mundo con estas palabras, y dejarte con esta desazón de no saber si lo has hecho o no. Sebastián, no creas que no he visto esa sonrisa. Nadie me ha hecho reír como tú, hace tanto tiempo de eso... Cómo puedes tener las gafas tan sucias y tan... ¡pero si son las mías! Con razón pensaba que me quedaban flojas... Por cierto, cuando bajes, saca la basura, que ya sabes como se pone esto con la calor... Llamó Pacita, que no viene a comer, aunque con esto tuyo, seguro que se acerca.


- Ves Alegría, tantas cosas por hacer y resulta que ya tenemos hechas un montón...
- Y lo que te rondaré Penita mía.

3 comentarios:

Anita Dinamita dijo...

Qué tierno! Tiene un poso de inocencia y de ternura mayor.
Un abrazo

Mar Horno dijo...

Anita tiene razón, es muy tierno. Cuando nos ocurre algo muy gordo, nos viene a la cabeza las cosas más cotidianas, las cosas más nimias, pero que en realidad son las más importantes. Un abrazo.

Dyhego dijo...

Interesante monólogo interior. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Pucela...
Saludos calefactóricos.