Iba a hacer un crucero, pero la oferta de viajar en avión fue irresistible. Él eligió el barco. No lo supieron hasta que se conocieron en aquella cafetería de ligoteo rápido. Siete minutos y un bombardeo de preguntas fueron suficientes para que se enamoraran. Ella del número catorce, su oferta de vértigo fue irresistible. El eligió a la sirena, a la doce. Pero el destino, cegado y tozudo, quiso que coíncidieran de nuevo en un curso de buceo. Ella subió vio el cielo y se quedó con el monitor, su oferta fue irresistible. Él, amante de los peces, eligió el mar para soñar.
- El destino no es tozudo ni ciego, todo es coincidencia, Alegría.
- Ya, ¿y si el destino es el que hace todo sea coincidencia?
- No me empieces con lo "ysis" que nos conocemos...
4 comentarios:
BICEFA:
Si es que el hombro propone y los dioses disponen...
Salu2
Bonita foto. Estoy con Alegría. A las dos nos gusta hacer preguntas sin respuesta.
Si tiene que ser, será... o eso dicen.
La vida te va poniendo los platos delante, supongo que de nosotros depende el decidir si degustarlos o no.
Besos
Siempre he pensado que hay personas que te encuentras muchas veces y ni siquiera reparas en ellas, aunque el destino te las ponga delante día tras día.
Y si... Abrazo
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