Kimya (Silencio) no nació en Kenia una noche de verano. Ni la luna llenó todo el cielo asomándose tras el Klimanjaro. Ni fue robada para el servicio de la familia Yapur en el Líbano. Ni fue azotada, pegada, humillada día tras día por su dueña, ni por su consentido hijo pequeño, con el que decidió arrojarse, abrazada al vacio, desde la séptima planta para llegar a formar parte de las estadísticas...
Y no pasó, sencillamente, porque el Destino se quedó dormido leyendo la partitura e interpretó mal ese silencio de negra, confundiéndolo con una blanca. Ésta que nació en un pueblo de la Mariña Lucense, se llama Esperanza (Matumaini) y acaba de encontrar trabajo en el súper de su barrio.
- Somos dueños de nuestro destino, Pena.
- Ya, y el que no encuentra trabajo es porque no quiere, o no se adapta a lo que hay y yo le ofrezco...
18 comentarios:
Me gustó. Aunque la Mariña Lucense no es precisamente el mejor sitio para encontrar trabajo :-)
Ese silencio de negra me ha llegado al alma... la música interpretada de esta forma, me parece un relato magistral, lo cual no me sorprende viniendo de ti.
Abrazos musicales en allegro
Joder, vice, me quedo en silencio (sin palabras).
Dos realidades para una persona. Pero esclavizantes ambas.
Muy buen texto.
Un abrazo, Bicefa.
Genial, Bice, qué bien reflejas la "posible realidad" a través de la negación de los mismos hechos, y rematas con la realidad de una esperanza que consiste solo en el capricho del destino de donde se nace, no de la raza, o del color...
Bicefa, me ha encantado!
Te digo, me encantan las negaciones para expresar y consigues transmitir esa realidad ajena...
No llevo sombrero, pero si lo llevara te mostraría mi calva.
Abrazo!
Los silencios además de hablar más que las palabras a veces, crean historias maravillosas.
Un abrazo
Paloma
BICEFA:
Interesante reflexión sobre el trabajo. Conozco a gente que trabaja en lo que sea y gente que "maltrabaja" o no trabaja porque no encuentra curro en su "campo profesional".
Da qué pensar.
Salu2.
Somos esclavos del lugar, del momento en el que nos ha tocado nacer y que marca que nos sea más fácil o difícil darnos cuenta de que somos dueños de nuestro destino e ir a buscarlo, atraparlo, cambiarlo
Saludillos
Un texto excelente, Bice. Me lo apunto entre mis preferidos. Me llegó la traducción del nombre de Esperanza. Eso (me parece) redondea siniestramente la historia.
Abrazos admirados,
PABLO GONZ
Hoy, me enantó tu reflexión Bicef.
Un saludo.
Me gusta tu interpretación antideterminista de que el Destino (como ente) depende del azar, el capricho o el error.
¿Nacemos o nos hacemos?
Un abrazo
Octavius Bot
Te lo voy a decir en una sola palabra, porque yo no quiero ser esclava de las mías :)
¡EXCELENTE!
Bicefa, este micro es una genialidad.
Besotes.
Te dejo la dirección de mi blog de cuentos por si tenés ganas de darles una mirada alguna vez :)
http://lanavedelg.blogspot.com/
El blog se llama "Cuentos a la luz de la luna".
Impresionante, Bicefa.
Soy de los que piensan que generamos en gran medida nuestra propia realidad... pero, claro, sólo en gran medida. Las condiciones iniciales nos vienen dadas y nos condicionan.
Ese silencio de negra es sublime.
...de sombrero, mi querido amigo.
Besos de silencio.
...me lo llevo a "sugerencias...."
te acabo de encontrar por las sugerencias de kum* y quede pasmada al leer esto.
no solo por la calidad del relato, que parte de la negación y termina en algo tan simple y cotidiano, sino, por la reflexion total que se desprende.
y leo, entonces, que todos podríamos tener grandes destinos y grandezas rodeandonos, pero lo que hacemos, lo concreto, es lo que hay que llenar de felicidad y de nosotros mismos. con lo que hay. con lo que tenemos.
precioso, realmente
un beso grande
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