Fue en uno de esos días de piscinas y abanico cuando decidió llegar, sin prisa y sonriendo. Su mirada inquieta, ya era capaz de seguir el vuelo de las mariposas. Caminando por los pasillos, por la hierba, por la arena, entre la música, han ido pasando sus años, y los nuestros, y los abrazos y los besos. Y apareciendo caricias, risas y mil y un mundos que ha imaginado y que ha vivido en sus libros y creado en su habitación con infinita paciencia. Y esos dibujos tantos, cantados en blanco y negro...
Una mañana de las que buscaba un abrazo desesperadamente, descubrí que desde que nació, desde que naciste, no volví a tener frío y que esa bolsa de sueños y de cuentos de colores volando desde el colgador de los delfines por toda la habitación, siempre la tengo llena de tus besos.
Yolanda, creces y te haces mayor y todo tan deprisa que aún siento a tu lado, el olor del limonero...
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A mi pequeña Yolanda en el día de su Primera Comunión. Palencia 14 de mayo de 2011
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- Pena, siempre me han emocionado los ritos de paso: la primera comunión, las bodas, encontrar trabajo...
- Alegría, lo único que realmente pasa, es el tiempo... aunque parezca que no para todos, porque tú parece que te quedaste estancada en una especie de limbo...
- Pues tú más...
