5 de noviembre de 2010

La vida en un minuto

¡Qué sueño! ¡Qué sueño! No me muevo de la cama. Qué calorcito...
- Vamos peque, levanta...
Ahora, ahora levanto... Anda, qué pequeña se ve la lámpara entre los dedos. Ahora sí se ve, ahora no, ahora luz, ahora no, y con un solo dedo... Voy a soplar a los peces para ver si se mueven.... ay ay ¡qué mareo... y qué risa! ...qué calorcito
- Pero todavía estás en la cama. ¿Qué pasa, que hoy no tenemos cole, ni tengo que ir a trabajar?
Ya voy....
- ¡Tu hermana ya se está lavando los dientes! ¡Y tu padre se está enfadando!
Qué pesada... Nada, que no se mueven los peces por más que soplo, y eso que papá hace que se vuelen desde la puerta, ¡hala, qué mareo!
- Levántate ¡¡YA!!
¡Uff... qué frío! ...qué friísimo que hace. ¡Anda! si mamá me ha puesto el chándal verde... Mamá, ¿el verde?
- Sí, y ¡volando! Y ponte los calcetines, que te vas a quedar helada.
¡Qué mole! Ya verás cuando me vea Virgi... ¡Qué hambre tengo! ¿y las zapatillas...?
- Claro, hoy tienes gimnasia.
Vale. Hoy voy a la moda... ¡Cómo pesa esta persiana!. Mamá, mira, hay niebla. No se ve la casa de enfrente. Hoy vamos a caminar por algodones...
- Si cariño sí... Estás muy guapa.



- Pena, hoy me siento como una mosca en la pared mirando lo que pasa...
- Yo te suelo sentir así, como una moscardona a mi lado todo el día.
- Ay Pena, estamos graciosas hoy...

7 comentarios:

Ana Belén García Sánchez dijo...

¿Es veridico eso que cuentas? Si, seguro que eso no puede imaginarlo quien no tenga enanos cerquita. Pobrecillos... Es que nos empeñamos en organizar el mundo de una manera...

Maite dijo...

Me encantan las miradas realizadas desde la óptica de los pequeños sabios.
Un abrazo

Anita Dinamita dijo...

Qué bonito! A mi también me cuesta levantarlos por la mañana... y puedo tocar tu niebla que se abraza a nuestra calima.
Abrazos

Daniel J. Hernández dijo...

Vaya, lo repito: Me encanta tu estilo.
Tus retratos, fotografias y paisajes; todos ellos hechos de letras.
Abrazo y beso de viernes.

Dyhego dijo...

Cuando había niebla y no se veía el colegio... Me daba una alegría pensar que se había diluído...
Salu2 visibles.

Liliana G. dijo...

¡Qué hermoso! Me trajo el recuerdo de cuando era chica y en las mañanas de invierno, aún de noche, iba rumbo a la escuela. En medio de la espesísima niebla tipo Londres, imaginaba que estaba en otro mundo, sola, aislada, pendiente de que apareciera o mi hada madrina o Jack el Destripador... ¡Qué tiempos!
Cómo no entender a los niños entonces, cuando uno lo fue y soñó como ellos.

Me encantó, Bicefa, verdad que sí.

Besotes.

JARA dijo...

Siempre te leo, porque me gusta, pero todavía tengo niebla en el coco, no consigo entenderte del todo. A ver si escampa en mi cerebro.
Un abrazo.
Jara