26 de mayo de 2010

Acuerdos

Todo lo que ves desde aquí es tuyo, de ti depende ahora que has nacido y te vas, que siga siéndolo.

Así, sin libro de instrucciones, se encontró con la vida y siempre pegada a su hermana, que... ¡vaya tela!

Al principio pensaba que era otra parte de su propio cuerpo, como una mano, o el pie... pero en cuanto pena empezó a hablar... todo fueron voces y gritos: no había forma de ser escuchada y mucho menos de acallarla. Pretendió conocer a la gente por separado, pero era casi imposible dejarse oír, hasta que pensando acordaron que hablarían por turnos... incluso lograron tener amigos comunes... otros bicefalepena, de hecho, muchos bicefalepena. Tenían sus trucos, casi siempre era alegría quien rompía el hielo, a veces pena se dejaba oír.

Aprendieron que si hablaban bajito, podían mantener una conversación entre ellas.

... y siguieron caminando

Por cierto cuando hablaban serenas dicen que sonaban así... ; )

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y mientras la besaba
me dijo en un temblor:
''esto es lo que faltaba
para que saliera el sol''