De camino a casa, se encontró consigo mismo. Se saludaron y, como es lógico, se fueron de vinos, hasta que se olvidaron, (tarde porque les pusieron buenas tapas) de quienes eran y de qué hacían allí. El vino, Prieto Picudo siempre, que no conviene mezclar. Las tapas de lo más variado, saladas y picantes. Aunque no demasiadas porque iba de camino a su casa. Cenó sólo y con hambre, que más vale cenar dos veces que dar explicaciones.
- Lo mejor de ir de vinos en León son las tapas.
- Y la compañía de las tapas, Pena...
- Ya: los vinos.
