En la silla vacía, un deseo.
En la pared desnuda, un sueño.
En el ordenador, datos atolondrados.
En la mente concentrada, dispersiones.
En la guitarra, toques de silencio.
Están bien las cosas. Está muy bien recolocarlo todo.
- Estás afónica Pena, ¿qué te pasa?
- Son los silencios, que me han tomado la voz.
