Y entonces él se cansó. La arrancó de raíz del piso, la metió en el coche y condujo hasta las afueras, a los grandes espacios hendidos por las autopistas. Frenó, paró el motor, la cogió en brazos y comenzó a caminar, buscando el sitio adecuado. Cuando lo encontró cavó un agujero y, después de quitarle los zapatos la plantó. De vuelta a casa decidió usar los zapatos para un par de versiones de jardines zen.
quizá lo que necesitaba es que un día, por fin, la regalaran el jarrón perfecto... entonces no haría falta buscar, entonces, cualquier ramo de flores valdría la pena...
6 comentarios:
Y entonces él se cansó. La arrancó de raíz del piso, la metió en el coche y condujo hasta las afueras, a los grandes espacios hendidos por las autopistas. Frenó, paró el motor, la cogió en brazos y comenzó a caminar, buscando el sitio adecuado. Cuando lo encontró cavó un agujero y, después de quitarle los zapatos la plantó.
De vuelta a casa decidió usar los zapatos para un par de versiones de jardines zen.
O tal vez no lo tenía...
Besos desde el aire
Tal vez fuera porque en vez de que le regalaran rosas necesitaba que le quitaran las espinas.
Ella, lo que era es muy quejica. Con otro hombre podía dar...
Buena contestación le da alegría a pena.
Besosss
Bicefa, seguro que el día que no reciba flores se quejará y se preguntará por qué fue tan tiquismiquis...
Saludos florales.
quizá lo que necesitaba es que un día, por fin, la regalaran el jarrón perfecto... entonces no haría falta buscar, entonces, cualquier ramo de flores valdría la pena...
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