En algún lugar de su mundo,
aparecieron princesas,
cuando el miedo se apoderaba
del miedo.
Entonces
se alejaba por los caminos
oscuros
buscándose a tientas
en las caracolas.
Extraño oficio el de pez,
y el de ritmo sincopado:
contracorriente.
De su violín, lloraban tres notas
y un silencio.
En algún lugar del mundo,
dónde soñaban
esas princesas.
- Es más que probable que el tiempo lo cure todo...
- Claro que sí, Pena, si eres un jamón.
- O un vino, o un queso... no te cierres puertas...
4 comentarios:
Siempre me he preguntado qué sueñan las princesas...
Saludos, Bicefa.
Con castillos y príncipes, Dyhego. . .
Gracias, ¿princesa?
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Dyhego, anónimo.
Anónimo, Dyego.
Un placer teneros a ambos aquí.
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