Conozco la casa. Está al lado de la iglesia. Recuerdo haber visto sus contraventanas naranjas desde el campanario. Siempre tuve curiosidad por saber porqué sus ventanas estaban abiertas de par en par todos los días de la semana, y los domingos y las fiestas, cuando hacía repicar las campanas alegres al viento, la casa permanecía cerrada a cal y canto. Corrieron rumores, peligrosos para sus dueños, sobre adoraciones satánicas. La vendieron y se fueron al campo lejos del repicar que les hacía bailar hasta la médula. Y sí, ahora abren las ventanas y dejan salir su música. Al cura le gustaba el heavy, pero nunca pudo soportar sus baladas.
- Pena, si la huellas tienen forma de herradura, piensa en caballos, no en cebras. No seas retorcida.
- Ya, eso si no estamos en la sabana africana, supongo.
1 comentario:
Balada triste de Satan street.
Saludos.
Publicar un comentario