Su ritmo no lo marcan los tambores, ni los caminos. 
Ni él, que perdió el compás y las lágrimas hace tiempo; buscando el silencio y encontrando esta pena...
- Pena, vendrán tiempos mejores.
- Alegría, no sé si decirte que sí o que disfrutes de lo mejor que es lo que tienes ahora....
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18 de abril de 2011
14 de octubre de 2010
Regreso
Se asomó a la cafetera como quien busca un último aliento. En el fondo, una gota bailaba pegándose a los últimos posos. Fue al salón. Se derrumbó en el sofá, y mientras caía en él, mando en mano, pasó por no menos de tres canales: dos de tele-venta y otro, no sé, ¿de cocina? Apagó, tachó, fulminó la televisión. Miró hacia el tic-tac del reloj. Suspiró. Volvió a suspirar. Y, en un alarde de actividad frenética, empezó a doblar la ropa que estaba en el balde. Los pantalones primero, bien estirados y haciendo coincidir las costuras. Las camisetas, formando perfectos cuadrados y apilándolas por cubos. Los calzoncillos de Nicolás y la servilleta a cuadros verdes del colegio. La colocó en los armarios. Y de vuelta a la cocina se vio en el espejo del pasillo. Se paró. Volvió a mirarse. Fue al estudio y cogió un sobre. Copió con su mejor caligrafía su última dirección: la de las noches largas y los días claros. Se dobló con sumo cuidado y se metió dentro con el sigilo de un contorsionista.
Y se marchó en el correo de las siete.
- ¿Se fue así, sin más?
- Y sin menos, alegría.
- Es broma... ¿no?
- Mira a ver si está, si no me crees.
Y se marchó en el correo de las siete.
- ¿Se fue así, sin más?
- Y sin menos, alegría.
- Es broma... ¿no?
- Mira a ver si está, si no me crees.
27 de septiembre de 2010
Ilusión
Pensamiento errante y sin destino
el que cree que volver es retraso,
sin darse cuenta que el peor fracaso
es abocarse en el desatino.
A la sombra de un camino, camino
sereno; meciendo mis pasos, paso
y me pierdo y colmo el vaso, que baso
en tu mirada, y en tu ser, mi sino.
Deja que corra así por mis venas,
la ponzoña oscura, a condición,
que en su veneno se ahogue la pena.
Aire, cuelga en tus velas la pasión,
no alientes la cordura que encadena,
(ajena, sorda y ciega), a la ilusión.
- Pena, ¿qué quieres decir con eso de ahogar la pena?
- Es una forma de hablar...
- Menos mal. Pense que eras tú...
- Anda tonta, ¿qué ibas a hacer tú sin mis lágrimas?
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