Que los peques aprenden porque van a la escuela o porque simplemente cargan con sus libros cada mañana o porque todavía tienen la capacidad de sorprenderse es algo que está generalmente asumido.
Pero que los no-peques todavía tengan intactas esas ganas, es algo que no deja de sorprenderme.
Bicefalepena pensaba lo mismo, metido como estaba en sus cosas, vamos en sí mismo... hasta que un día estaba sentado en el parque y aconteció que a su lado, casualmente, alguien había dejado una guitarra... "toca algo, anda" le dijo una paisana que paseaba con su hija desdentada corriendo detrás de ella.
Y sucedieron dos cosas. Primero que Bicefalepena se desentendió del tema y se deshizo en escusas no pedidas. Y que se apuntó a uno de esos cursos por correspondencia donde te regalan la guitarra y te envían libro de instrucciones para que sepas como utilizarla...